UNA IGLESIA EN UN BAR.

Todo líder religioso sueña con tener un Templo bello y exclusivamente dedicado a celebrar su rito comunitario. Cuando Dios me llamo a celebrar cultos en un bar bohemio en el barrio de la Candelaria de Bogotá, yo, al igual que Abraham cuando le pidió a su hijo en sacrificio, no pregunté porqué, solo obedecí. Este principio lo pone en practica una gerente de empresa amiga mía que le dice a sus empleados:”no piense, solo haga caso (obedezca)”.
No me puse a compararme con los párrocos de las decenas de templos barrocos que hay en el centro de Bogotá o con los Pastores de las Iglesias pop, que tienen edificios modernos. Dios dijo: “en el bar” y asi se hizo. Si tienes problemas con eso, lleva tu queja a Dios, no a mi. En su historia la ICLP se reunió en 3 bares, Müller (que luego se llamó Chamandala), Teatrón y Arlequines.
Si me lo preguntas, como artista que soy, sueño con un templo muy bello y muy moderno, ya que el arte refleja su realidad histórica, pero también se que cada cosa se da a su tiempo y que todo lo que pedimos a Dios tiene generalmente pre-requisitos.
Ahora cada vez más entiendo el mensaje de Dios en esa circunstancia específica del bar. El quiere romper paradigmas, dogmatismos estériles, y que aprendamos que el está en todas partes y nunca se queda afuera, siempre entra, siempre esta presente y que su adoración es en espíritu y en verdad y no en un lugar especifico, como creían los fariseos, sino que en cualquier lugar, en todo lugar, se le debe adorar, porque el es el dueño de todo y estuvo presente en el bar la noche anterior y estará el domingo en el culto.
No hago una apología al desenfreno y a la borrachera, cosas con las que no estoy de acuerdo, sino que llamo a tener conciencia de la omnipresencia de Dios, de El no nos podemos esconder.
Lo mas complejo para algunos será que, según van las cosas, la Iglesia La Puerta se volverá a reunir en otro bar. Para mí, es más claro el mensaje cada vez. Dios no esta lejos de nuestra cotidianidad, de la realidad y no debemos llamar inmundo, a lo que el santificó. La Iglesia La Puerta siempre será una Iglesia de mente abierta, una iglesia revolucionaria y contestataria, desde lo espiritual, una Iglesia de avanzada, una Iglesia que cumple con el llamado de Dios y eso si, una Iglesia Santa.