CONVIERTETE EN CRISTO.

La mayoría de los cristianos desconocen el llamado que nos hace Cristo a ser como el, a ser su imagen.

Se enseña tradicionalmente un Dios fuera del hombre, alejado de el, motado en un altar, en un trono de gloria lejanísimo de la humanidad, pero lo que predicó Jesús nos hizo verlo completamente diferente. El se hizo hombre y habito entre nosotros, lo tocamos, lo vimos, compartimos como sus amigos.

El nos regalo un espíritu santo que está formando a Cristo dentro de nosotros en cada momento. Este es un proceso espiritual que empieza el día de la conversión, y no confundamos conversión con tradición, el verdadero convertido recibe el espíritu Santo que, como una pequeña semilla comienza a germinar dentro de si, transformando todo su ser, desde lo espiritual, hasta lo económico, lo físico, y cada uno de los aspectos de nuestra existencia terrena. Este proceso de transformación no es solo una invitación de Cristo, sino una obligación del verdadero creyente. Tenemos que llegar a ser como El es.

El creyente tradicionalista cree que solo con asistir a los ritos de su Iglesia está cumpliendo con Dios, y nada mas alejado de la verdad. Leamos en las escrituras las críticas a los religiosos Fariseos, que eran supremamente ritualistas, pero alejados del verdadero sentir de Dios. Ellos usaban mascaras de piedad, mas por dentro estaban podridos.

Quien hace la obra renovadora? Jesús, a través del Espíritu Santo, con el permiso y la colaboración de cada persona que asi lo quiera. Cuando recibimos a Cristo, su espíritu realiza dos acciones: Nos Regenera y nos Renueva. Lo primero se refiere a darnos nueva vida espiritual y lo segundo es el proceso dinámico de ir creciendo hasta la estatura de la plenitud de Cristo.

Invitemos en oración a Cristo a desarrollar su carácter, polimorfo, en cada uno de nosotros.