En los noventas se dio un fenómeno social en Colombia. Gracias a los avances en democracia y participación ciudadana, los creyentes evangélicos comenzaron a intervenir en política, lanzándose para cargos diferentes. Muchos fueron electos, aun al senado del país. Actualmente existen personas en diferentes entes estatales que llevan las banderas de un Cristo conservador, muy alejado del real, consignado en la Biblia, que están en contra de los derechos humanos y de toda lógica de convivencia.
Algunos Pastores aprovechando la gran congregación que lideran, se lanzan a hacer política con nefastos resultados. Zapatero a tus zapatos. Pastor o Político, cualquiera que sea la vocación, requiere formación. Somos liderados por algunos políticos no formados, que creen que la oración les dará luz para ejercer un oficio para el cual no están preparados. Necesitamos políticos de carrera: politólogos, antropólogos, sociólogos, académicos de todo tipo, aun sicólogos con especializaciones en disciplinas coherentes con su aspiración.
Creo firmemente que si Jesús hubiera vivido en nuestra época, habría defendido el derecho de las parejas del mismo sexo, la dosis personal de droga, el derecho a abortar, y muchos más temas que los fundamentalistas boicotean cuando son apenas proyectos de ley. Se que a la mayoría le sonará extraña mi posición. Pero Cristo no se contradice, como ellos. El le regaló el libre albedrío al ser humano, el derecho a decidir sobre su propia vida, para bien o para mal. No quiero decir que Cristo este de acuerdo con todo lo antes anunciado. Pero si le otorgó al ser humano derecho y deber sobre su existencia, que es lo que los políticos cristianos no entienden. Y no lo entenderán mientras en las Iglesias se predique el miedo y no la conciencia y la autodeterminación. Estas son el ejercicio máximo del ser evolucionado y maduro espiritualmente. Decido sobre mi vida y asumo las consecuencias de mi decisión, no responsabilizo a otro de mi bien o de mi mal.
Pero es más productivo, para la empresa eclesial, hacer listados de prohibiciones y deberes, sin dar permiso a pensar, a experimentar y a sacar conclusiones propias, alienando y masificando a todas las personas, matriculando a los fieles en un proyecto único de vida, donde un punto fundamental es glorificar en vanagloria a su líder, Pastor o sacerdote, que es el dueño y señor de las almas, contrariando el proyecto único de Dios para todos que es: Relacionarnos de manera personal con El para ser felices, viviendo en Amor, abundancia y libertad o sea, la plenitud.
Pastores y presbíteros: No apacienten sus bolsillos, ni su ego, apacienten los rebaños del Señor, esto requiere todo su tiempo.
Para concluir:
Cristo nos regalo el libre albedrío que, en el cristiano, va de la mano de la conciencia y el amor.
Los Derechos Humanos, que se fundan en la dignidad que Dios nos dio, están por encima de la democracia, ya que ésta última, es solo uno de ellos.
Pro. Luis Camilo Laborde
Pastor ICLP
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