Algunas personas hablan de hechos milagrosos de santos y vírgenes, hechiceros y brujos, pastores, curas y adivinos. Muertos y vivos que hacen obras sobrenaturales.
No dudo de que dichos eventos realmente se den. Pero surge la pregunta: quien realmente los realiza?
Dios delegó en el hombre un poder que es suyo. El poder creador. La fe es la seguridad del milagro. El hombre muchas veces delega este poder a terceros. Sea muerto o vivo. Generamos desde la fe, la realidad.
Cuando estamos plenamente convencidos que cualquier ente, distinto del Dios único, puede obrar milagros, indudablemente estos se dan. La mente crea y en ella, la creación propia es real. Dios le dio al hombre la capacidad de generar todo un universo dentro de su mente y este se manifestará en el plano terrenal también. Si alguien cree que un Pastor puede obrar sanidades, le esta delegando el poder de sanarlo, aunque este poder esté dentro de el individuo y no en el Pastor. Reemplacemos al Pastor por un amuleto, un crucifijo, un santo, una virgen, un baño de hierbas, una aseguranza, etc. El resultado es el mismo. Se da el milagro, pero quien lo hizo fue solo el espíritu de Dios dentro del individuo, tomando la forma que se le dio, realmente el mismo individuo hizo el milagro.
Es esto malo? No realmente. Es simplemente la muestra de una forma de espiritualidad primaria, primitiva, elemental y mística, casi tribal. Ayudar a la fe a través de elementos materiales, no es la manera mas alta de espiritualidad. Mientras mas elementos ponga entre Cristo y yo, mas alejado estoy de el. Aunque cada uno sabe que necesita para ayudar a su fe, Jesús dijo: “bienaventurados los que sin ver, creyeron”, o sea, los que no necesitan un elemento material que les ayude a creer en el milagro, tienen mejor destino.
La obra justificadora de Jesús también implica que podemos acercarnos confiadamente a su trono de gracia, y ser uno con El, para vivenciar la plenitud, lo que los Hinduistas llaman nirvana, y encontrarle sentido a este plano material y pasar por la puerta a lo espiritual.
Si necesito algo, puedo tenerlo en mi comunión espiritual con Dios. No estoy hablando exactamente del rito congregacional, que es valido y necesario en tanto focaliza energías, nos une con Cristo como comunidad y cuerpo, amen de muchos beneficios derivados de las relaciones interpersonales comunitarias. Me refiero a la comunión integral que pasa por lo comunitario pero tiene cimiento en la oración personal en solitario, explicada en otros capítulos y anunciada en el Nuevo Testamento.
El hombre, a manera de auto justificación, tiende a buscar al responsable de sus errores en otro. También, cuando no ha entendido el alcance de su estatus de hijo de Dios, en su bajo auto concepto, le atribuye la consecución de sus logros a otros, al destino, a las circunstancias o a cualquier humano o ser espiritual aparte de Cristo. No se hace responsable de sus creaciones. Tu vida es tu propia creación y es, además, tu única responsabilidad.
El mayor logro del ser humano es llevar una vida con propósito, por tanto, coherente, lógica, fructífera. No cabe en una persona espiritual otra opción.
Alcanza tu milagro desde Cristo. No otorgues la gloria que es solo de Dios a otros. El, que es el todo, y esta dentro de ti, es quien tiene el poder.
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