A finales de 1400 se gestó en Europa un movimiento reformador de la Iglesia Católico romana, que pretendía acabar con los vicios de la que consideraban la única Iglesia de Jesucristo, plagada de herejías y perversión.
Tal vez el personaje más influyente de este movimiento fue Martín Lutero, quien apoyado por príncipes y reyes, logró popularizar su posición. El puntualizó 98 aspectos, que llamo tesis, que debían ser reformados en al Iglesia Católica, que monopolizaba la fe debido al miedo que producía en sus fieles y a múltiples alianzas políticas que le constituyeron en un poderoso ente mundial, al punto de llegar a ser su Líder, el Papa, mas poderoso que un emperador, contrario al plan de Dios, donde solo El es la cabeza de la Iglesia y sus emisarios humildes siervos.
Esta reforma produjo las iglesias protestantes o evangélicas, separadas del poder romano y diversas en su discurso. En nuestro contexto existen estas Iglesias Cristianas en denominaciones como la Bautista, Asambleas de Dios, Cuadrangulares, Carismáticas, Pentecostales, etc. Ellas se limpiaron de muchas mañas romanas pero aun tienen el mismo espíritu sectario y egoísta de su madre, son desunidas y aun enemigas unas de otras, ya que cambiaron las formas pero falta cambiar mucho de la esencia. Demandan una reforma a su doctrina.
Se les olvida que Jesús hablo de autonomía, de amor sin prejuicios, de su poder sobre cualquier otro. Necesitan retomar lo elemental del mensaje reformador de Lutero, la constante revisión de doctrinas y posturas teológicas, contra el enquistamiento de tradicionalismos presentes, con el paso de los años, en las iglesias reformadas.
El Evangelio de Jesús es supra formalista. Jesús mira la intención corazón, no la cantidad, sino la calidad, no la forma sino el fondo, no la fachada sino la estructura, no mis obras sino la motivación que tuve al hacerlas. Nos invita a tener una relación personal con el, donde mi fe es propia, mi forma de relación con Dios, única, no la repetición de una tesis preconcebida por un grupo. Algunos de estos grupos copian las tradiciones y el arte judío creyendo que es el lenguaje que le agrada a Dios. Dejemos que eso lo hagan los judíos y glorifiquemos a Dios con el arte popular de cada región o en el lenguaje que entendamos.
La auto-afirmación de algunas Iglesias esta basada en la negación de otras iglesias o conocimientos, y esto evidencia que tienen pocos valores intrínsecos. Es la posición del que se siente valioso porque cree que el otro vale menos que el, no porque realmente se considere apreciable. Es una forma bastante burda de estructurar una postura teológica, y es evidencia de un discurso populista manipulador. Es la magnificación del poder de la oscuridad sobre el poder de la luz, cayendo en el error de satanizar lo que es de Dios, para validar, paradójicamente, un discurso Cristiano.
Aceptemos como bendición de Dios todo el conocimiento Científico.
Aceptemos como bendición de Dios las disciplinas artísticas.
Aceptemos como bendición de Dios el conocimiento Filosófico.
Aceptemos como bendición de Dios el conocimiento esotérico.
Aceptemos como bendición de Dios el sexo.
Aceptemos como bendición de Dios todos los géneros musicales.
Aceptemos como bendición de Dios la diversidad Teológica y doctrinal.
Aceptemos como bendición de Dios la diversidad conceptual en cualquier campo.
Aceptemos como bendición de Dios la autonomía del ser humano.
Es necesario contextualizar el discurso Cristiano en un mundo que tiene todos los elementos para salir de la oscuridad. Apropiémonos de la grandiosa creación de Dios para hacer de ella un camino a El. Glorifiquémosle con todo el conocimiento, todo el arte, con todas nuestras posibilidades y que todo lo que exista se convierta en un canto de alabanza a El. Unámonos como una sola Iglesia, ese es el plan de Dios.
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